UTOPIAS SOBRE EL VIEJO PASAJE
La señora Carmen se fue del barrio antes de lo previsto, en la noche. Vendió la casa como pudo y se fue dejando una gata, cajas llenas de recibos y citaciones judiciales. En el pasaje quedaron sus viejos compradores, con la mirada atravesada por esa angustia violenta cuando se depende de algo.
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